Teníamos ganas de realizar una sesión diferente, muy al estilo de los fotógrafos del este de Europa que juegan con el movimiento del cabello largo de las modelos, y suelen utilizar tonos terrosos en sus retratos. Así pues planificamos el realizar una sesión con Lucía, nuestra pequeña modelo de tan sólo 4 añitos, ya que pensábamos que además su rostro inocente aún sumaría un plus de serenidad a las tomas.
No buscábamos sonrisas aduladoras sino sensaciones y miradas que quedaran plasmadas en el retrato más allá de lo que suele ser meramente convencional.
Las cuatro fotografías que siguen a continuación forman parte la misma serie «Wind and Senses» (Viento y Sensaciones), y están procesadas como si de pinturas se tratara.
Esta fotografía se trabajó de forma independiente, dándole tonos más terrosos y jugando con los claroscuros, así como con una mirada cargada de melancolía que Lucía supo plasmar a la perfección. Es increíble que una niña de tan sólo cuatro años transmita tan bien las indicaciones que le da un fotógrafo.
Esta versión quedó como segunda finalista de la página web especializada en fotografía www.canonistas.com, y se realizaron dos versiones, una en color y otra en blanco y negro.
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